30 de novembre, 2011

Falsa belleza

Hoy le recordé. Dí un paseo por su blog, por su web, por sus escaparates al mundo. De repente me volvió un sentimiento viejo y conocido....aquél que me acompañó durante la convivencia con él.
Conseguí leer con ojos de primeriza todo lo que le describía; palabras de otra gente hablando sobre su arte, frases de escritores y músicos con las que él se sentía identificado, y fragmentos de su vida. Todo en conjunción.
Cuántas personas, pensé, leeran esto y pensarán que él es un artista increíble, con un mundo interior lleno, riquísimo, mágico, duro, rebosante de vivencias en su ciudad natal. Cuántas personas vibraran pensando que tiene una magia perfecta.
Pero es todo mentira. Con su vanidad y su orgullo de artista inventó un mundo en el que encajaran todas sus frustraciones, se justificaran sus miedos, y se compensaran sus carencias. Inventó un mundo a su medida con miles y miles de anécdotas que dan a su personaje algo más de carisma.
Pero es todo mentira. Falsa belleza tan bien creada!!
Lo peor de todo es que me encanta la vida que creó e imaginó.
Que tenga un buen camino lleno de triumfos personales. Y sobretodo, lleno de verdad. Le hará falta cuando se derrumbe su mundo.

30 d’octubre, 2011

Dos por uno

Juntaron sus caras. Él a la izquierda, ella a la derecha, frente a vosotros.
Lo véis?
Él cerró su ojo izquierdo. Ella, su ojo derecho.
Lo véis?
Él sonrió, levantando la comisura derecha de la boca hacia el sol. Ella levantó la comisura izquierda de la boca hacia la nube.
Lo véis?
Así sonrieron. Con una sonrisa larga, que cruzaba las dos caras, y unieron ese paisaje en una sola mirada.
Lo véis?

29 d’octubre, 2011

Secretos en voz baja

Todavía no me voy. Todavía no me muero.
No me muero por él. No me muero por las cosas que nos quedan por vivir.
No me muero por Maria, Iban, Txell, Oriol, Mercè. No me muero por Núria y Patri.
No me muero por Arnau, Roger, Laura, mi padre y mi madre.
No me muero todavía porque no me da la gana.
Pero sobretodo, por encima de todo, no me muero por mis abuelos.
Ellos ya no están, y todavía es demasiado pronto para juntarme con ellos.
Tendría pocas cosas para contarles.

24 de març, 2011

El gran viaje

De pequeño siempre vivía en mundos paralelos. Le encantaba perderse entre las ramas de la selva de su imaginación, en la sabana de sus sueños, en la estepa de sus recuerdos, entre animales, gentes y paisajes.
Ya de pequeño hablaba de los viajes que haría cuando fuera mayor y "tuviera un sueldo digno de un ministro". Así lo decía él.
Ahora, 32 años después, tenía la casa llena de objetos de países: una figura de una mujer mulata y culona fumando un habano, una jirafa, un budha, unas muñecas rusas, una Tour Eiffel, una bola de nieve con la Casa Blanca, un maori, un gorro mexicano, una maqueta del Maccu Piccu, unas pirámides, fotos de Petra, un canguro de peluche que decoraba la cabecera de su cama, un kimono...
Era su historia, la historia que contaba cuando conocía a alguien, para hacerse el interesante, el sabido, el cultivado y el viajado. Era la historia de un viaje vacío, sin recuerdos reales, pero con detalles sacados de lecturas, relatos, libros, noticias, internet...
Viajes nunca hechos, con recuerdos provinentes, directamente, del todo a cien de la esquina de la c/ del Pecado.

17 de febrer, 2011

Pink Pill

Se despertó y la tele seguía encendida...Daban esos anuncios, "emobobadores de personas", como los llamaba ella. Su preferido era el chisme que hacía el vació en cualquier bol o recipiente. Pero estaban anunciando uno que no había visto nunca. "Pinkpill, usted verá el mundo color de rosa, todo le parecerá bonito, hermoso, fácil y divertido". La voz sonaba conocida, con ese acento suramericano tan particular, que pronunciaba las "r" como si no fueran a acabar nunca: "colorrrrrrrrrr, herrrrrrrmoso, diverrrrrrrrrrtido".
90-15-44-2.
Se las mandaron a casa. Las abrió como un tesoro, algo sagrado, como si fueran las últimas del universo. Depositaba todos sus pensamientos positivos en esas pastillas. Al fin y al cabo, peor no podía ir. Qué más daba, entonces, tomarlas? Como mucho, pensó ella, le darán sueño.
Días después los colores de los muebles de casa habían cambiado a sus ojos: tenía una cómoda rosa en la habitación, unas estanterías rosas y el secador de pelo era rosa también. Pero su vida era igualmente dura, aburrida y penosa.
A la semana las sábanas eran rosas. Treky, su perro, también. El café del desayuno, las tostadas y el jamón york (bueno, eso seguía igual que siempre). La mantequilla ahora parecía manteca colorá. Y su vida era igual de deprimente.
Al mes, su pelo era rosa, sus manos, sus uñas, sus dientes. Y su vida, gris, seguía sin cambiar.
No me harán ningún mal, se repetía ella. Y mientrastanto, la vida pasaba y Flor seguía sin ser feliz, preocupada, tansolo, de hacer su mundo rosa.

09 de gener, 2011

Carme

Me acuerdo de ella. De sus pequeños ojos, de su pequeña estatura, de sus manos, con uñas agrietadas y dedos rechonchos, que tocaban suavemente las agujas de su reloj.
Me acuerdo de su perro, Black.
Me acuerdo de las conversaciones de los miércoles después de clase.
Me acuerdo de sus consejos, de la calma que transmitía cuando hablaba, de las risas que nos echamos esperando el bus.
Me acuerdo de su lucidez, de su claridad, de su visión óptima de las cosas, apesar de ser ciega.
Carme, allà on siguis, que sàpigues que encara et recordo.

14 de desembre, 2010

Pequeña mota marrón

Ella se enamoró perdidamente de ese muchacho cubano.
No era su mirada, no era cómo hablaba, ni cómo se movía, ni siquiera era cómo la trataba. Pero tenía ese "nosequé" que la volvía loca.
Cuando se abrazaban, a ella se le erizaban los pelos, y le encantaba ver cómo sucedía eso. Pensaba: "miles de erecciones en un cuerpo de mujer".
La piel oscura del muchacho cubano era lisa, tersa, casi sin vello, suave, y la rozó tantas veces, tantas noches y mediodías, que cuando dejaron de estar juntos, meses después de la primera vez, a ella le salió una peca en el muslo.
Su recuerdo. Su huella. Una parte de ese cuerpo mulato.

22 de novembre, 2010

A altas horas de la madrugada

Suena Gottschalk. En el sofa de casa piensa mientras aspira el humo de su cigarro. Ahora fuma tabaco de liar. Piensa en cosas, en personas, en ella.
Se acurruca entre cojines rosas mientras imagina lo que no ha hecho en su corta vida.
Se arrepiente, encogiendo los dedos de los pies.
"Algun día..." piensa, sin saber que nunca lo hará.
Pero nada la atormenta, porque ella no sabe que ese día no llegará. Está convencida de que en breve, todo aquello que anhela, se convertirá en algo que podrá explicar a sus nietos. Mentira. Nunca ocurrirá.
Pero mientras lo imagina, ella es feliz. Y entonces relaja los dedos de sus pies.
En su cabecita, todo lo que imagina, ya ha pasado.
Pero nunca pasará.

15 de novembre, 2010

Como estamos en democracia, propongo un ejercicio de derechos: a continuación presento las anécdotas más estúpidas que tengo en el repertorio de "cosas que pasan". Podéis votar la que os venga en gana, así sabré en qué momento de mi vida gané la palma a la estupidez humana...

1. Continente
Yo trabajaba en el metro de Sant Estació, con mis 17 años. Era informadora, y me dedicaba a ayudar a los turistas perdidos a encontrar el camino hacia la felicidad. Perdón. Hacia el Parc Güell. Se acercó un chico negro, me explicó que tenía 32 años, y que, literalmente, quería ir al continente más cercano. Amablemente le sugerí que tomara un bus hacia Algeciras, y allí un ferry hasta Marruecos. Su respuesta fue clara y concisa:
- Me refiero al supermercado Continente.
Sin comentarios.

2. El perro del cuarto segunda
Era hora de ir a trabajar. Se había ido la luz, otra de las muchas ocasiones en que a Fecsa se le ocurría hacer arreglos a pleno día. Yo vivía en un sexto piso, así que tuve que bajar a pie porqué el ascensor no funcionaba. Al llegar al cuarto, entre la puerta 1 y 2, vislumbré una cosa peluda en el suelo, una especie de animal, encogido y quieto. Como apenas veía, decidí silbarle un poco, a ver si reaccionaba. Me acerqué sigilosamente, para no asustarle, pero el susodicho no se movía.
De repente, volvió la luz, y cuál fue mi sorpresa cuando vi que, en realidad, se trataba de un erizo falso para limpiarse los zapatos.
Sin comentarios.

3. Pipí en Polonia
-Laia, aprovecha y ve al baño antes de subir al bus.
-Tranquila, M., que solo es una horita y aguanto. Aparte ahora no echaría ni gota.
M., B y Laia suben al bus. A la media hora Laia se empieza a retorcer en el asiento. Cambia de postura 5986346 veces en un minuto. Se está meando. Los polacos no brillan por su amabilidad, así que Laia hace un esfuerzo por aguantar la otra media hora que queda. Pero resulta que no queda media hora, sino hora y media, asi que Laia decide mear dentro del bus. Se va al asiento trasero (donde, todo hay que decirlo, no había nadie), se baja pantalones y bragas, se encoge a cuclillas, entre dos asientos, cual rana en hiperflexión, tantea el agujero de la bolsa y empieza a mear. Oh, Dios! La bolsa está rota...hay un escape y el bus va en bajada...B. le pasa unos kleenex, llorando de risa, pena y vergüenza a la vez. Ponemos la bolsa dentro de otra bolsa, pero se ve que en Polonia las bolsas de plástico llevan ventilación incorporada. Sigue habiendo el escape. Laia decide zamparse una bolsa de Campesinas para poder guardar allí todo el zapitoste. Hora y media después baja del bus, con la bolsa de LAY's en la mano y la tira a la basura. Sólo espera que ningún mendigo buscara algo de comida allí.
Sin comentarios. Bueno sí. Desde entonces, las Campesinas, me traen recuerdos....solorosos y humillantes.

4. El reponedor de Bon Area.
Salía yo del metro tan campante. 20:30h. Oscuro. Como casi cada lunes, el camión de Bon Area tenía los warnigs puestos en una callecita que corta con Travessera de les Corts. Allí, al fondo, vi un carro de reponedor, lleno de bandejas de pollo, chopped del malo, queso, jamón y viandas varias. De repente, en un abrir y cerrar de ojos el carro empezó a moverse solo, calle abajo, despacio, pero con pinta de querer coger carrerilla y fugarse. En ese momento salió la superwoman que hay en mí, la que saco de paseo de vez en cuando, y corrí hacia el carro con la intención de pararlo y evitar alguna desgracia. Daños colaterales o algo así. Pero de detrás del carro salió un hombrecito que me soltó un "Me dejas hacer mi trabajo, porfavor?"
Sin comentarios.

13 d’octubre, 2010

APM

- Toctoc, dijo él.

Después de 6 años volvían a hablar.

- Pase pase, contestó ella.

Entretanto, habían cruzado escasas palabras vía redes sociales. Habían dicho alguna que otra vez de volverse a ver. Habían mandado recuerdos al otro a través de sus padres.

Pero hasta ese día, y a pesar de las heladas, que aparte de enfriar la ciudad también habían enfriado sus corazones y sus recuerdos, no se habían dicho nada aun.

Se vino una sangría, otra, una cena con vino y sin postre, algunas pintas de cerveza y un par de chupitos a los que les habían invitado por el hecho de entrar en ese bar irlandés.

-O puedes venir a mi casa, a hacer la última.

Lo que vino después se puede contar, pero no lo haré. Lo guardo bien guardado, en la caja de “cosas bonitas, inesperadas, divertidas, entrañables, amables, sinceras y emocionantes” que todos tenemos en el cerebro, entre el lóbulo parietal y el frontal.

Lo que vendrá después de eso se puede contar, pero no lo haré. Lo guardo en la caja de “cosas que me gustaría que fueran bonitas, inesperadas, divertidas, entrañables, amables, sinceras y emocionantes” que todos tenemos en el cerebro, debajo del área de Wernicke.

06 d’octubre, 2010

27

Me felicito a mí misma. Porque sí. Porque me hago mayor, más vieja, más madura, más práctica, más desvergonzada, más de vuelta de todo, más despreocupada, más astuta, más reflexiva, más, más, más...

31 d’agost, 2010

Amaya se va a Huesca

-Mis colegas van del palo coca, ¿te apetece?
-Que va, paso...una vez la probé, pero me pareció demasiado goloso.
-Ok, pues subo a su casa un momento, tengo que pillar unas cosas, ¿me acompañas?
-Sí, sí.
-Si queréis, ya podéis entrar a esta habitación.
Se miran, se tumban en la cama y se desnudan.
-Ponte la pañoleta, cariño, que soy muy fetichista.
Él le empieza a comer el coño.
-¿Te gusta que te coman el culito, cariño?
-Hombre, no es lo que más me mola, la verdad...
-¿No? Y las tetitas?-A él le encantaba usar diminutivos.-
-Mmm...qué cuerpecito, cariño.
Suena un móvil. Ella está tumbada boca arriba. Él se le sienta encima, en sus pechos. Se empieza a hacer una paja.
-Tranquila, cariño, que te aviso cuando tengas que abrir la boca.
-¿Perdona? No, no...
-¿No? Y en las tetitas?
-Que no!!
-¿Prefieres en la tripita-Putos diminutivos-
-Sal, quíta de aquí, coño!
-Pero Soraya, qué te pasa?
-Soraya? So-ra-ya?? Qué coño te pasa? Soy Amaya!!
-Pero cariño, que pasa? Te has rallado porque te han llamado? Es algo que he hecho yo?
-No es algo que hayas hecho tú. Eres tú, que me das asco.

20 d’agost, 2010

Así, desde entonces

Sonaba esa canción de Angus & Julia Stone.
Se descubrieron cantándola a la vez.
Desde entonces se miran cada mañana a los ojos.
Se observan discretamente desde su respectivo lado de la cama.
Se quieren, y hacen el amor a diario.
Discuten de vez en cuando.
Y el 14 de cada mes vuelven a cantar.