09 de gener, 2011

Carme

Me acuerdo de ella. De sus pequeños ojos, de su pequeña estatura, de sus manos, con uñas agrietadas y dedos rechonchos, que tocaban suavemente las agujas de su reloj.
Me acuerdo de su perro, Black.
Me acuerdo de las conversaciones de los miércoles después de clase.
Me acuerdo de sus consejos, de la calma que transmitía cuando hablaba, de las risas que nos echamos esperando el bus.
Me acuerdo de su lucidez, de su claridad, de su visión óptima de las cosas, apesar de ser ciega.
Carme, allà on siguis, que sàpigues que encara et recordo.