11 de maig, 2010

El hombre ocupado

"Érase una vez un hombre. Lo conocían como Poli, que viene del griego "varios/as", porque tenía muchas personalidades. Poli como el boxeador, pero sin el Díaz, y sin ser boxeador...Almenos ella todavía no conocía esa faceta de él. Poli, pues, por sus muchas personalidades. Era un atípico informático, un madrileño poco castizo, un profesor con pinta de ser poco ortodoxo. Era un loco despeinado. Un miembro de cooperativas, un panadero casero, un fotógrafo y un hombre un poco yuppie. No era obrero de cuello blanco, pero tenía una agenda a la cual los bolígrafos no se atrevían a entrar, porque ya no había espacio. Era un hombre ocupado que te cagas. Y un día, de tanta actividad, el hombre se fundió. Plof!"