16 de maig, 2010

La(s) vida(s) secreta(s) del coyac


02:30 am. En algun lugar de Barcelona un sabroso coyac, perdido en algun momento de su existencia entre unas sabanas, quedará al descubierto en breve, insinuando antes su presencia con el "crec-crec" del envoltorio. Rodará por las lenguas y los cuerpos de unos ciudadanos. Irá de boca en boca, con complejo de elemento afrodisíaco, cómplice de algo que ella no puede ver.
09:30 am. Metro L3, en alguna de sus muchas paradas. Una madre le da a su hija otro coyac, igual de sabroso que el anterior. La niña lo coge con ansias, le saca el envoltorio, y lo ofrece a la madre. Cuando ella está apunto de ponerlo en su boca, la niña se lo retira, jugando. Finalmente lo introduce en su boca, y después la madre, y así, hasta que se bajan 3 paradas después.

Quizás los dos coyacs hayan compartido momentos en la fábrica. Quizás hayan compartido trayecto, dentro de una caja en un camión, o quizás se hayan vendido en la misma tienda. Quizás, si les hubiésemos oído, hablaron en alguna ocasión de sus aspiraciones. Los dos acabaron en boca de alguien. Pero de qué maneras tan distintas...